Ficha Ron Weasley

Ron es un muchacho de aspecto descuidado. Es casi tan alto como dos de sus hermanos, los gemelos Fred y George. Tiene pecas en su rostro y cuerpo pero sobre todo bajo sus ojos color azul claro. Su cabello es color rojo fuego, siempre está algo despeinado y se alborota con facilidad. Ronald no posee una complexión física típica de un deportista, ya que es muy descuidado aunque juegue al Quidditch y sea un fanático del mismo. Una característica curiosa de su cuerpo es que cada vez que se pone enojado sus orejas se vuelven rojas de inmediato, así como sus manos sudan excesivamente cuando está nervioso.

Es un muchacho práctico. Aunque su familia sea pobre a Ronald le cuesta sobrellevar este hecho y, dado que es despreocupado, nunca se lo verá enfuscado o enojado por tener que llevar las prendas viejas de sus hermanos mayores. A veces suele enojarse por el hecho de que vive bajo la sombra de sus hermanos y en esas ocasiones se vuelve muy inseguro, desconfiando así de sus capacidades. Éste complejo de inferioridad que sufre el joven mago es debido a que muchos de sus hermanos, aunque bromistas, obtuvieron a lo largo de sus años académicos en Hogwarts increíbles calificaciones y él, que tan solo es un perezoso, sabe perfectamente que aunque supere o llegue al nivel de sus hermanos ya no será la gran cosa porque ellos, claro está, lo hicieron primero.

En cuanto a su familia, para él, lo son todo. Sin embargo muchas veces se pone celoso por la atención de sus hermanos o la atención que recibe su mejor amigo Harry, por ser el que sobrevivió al que-no-debe-ser-nombrado. A veces sarcástico, y con respecto a su hermana y su amiga Hermione un tanto celoso. Aunque no lo dé a reconocer odia ver que su hermana entra en relaciones amorosas con otros chicos de Hogwarts así como también su amiga Hermione, a la que aprecia mucho aunque se vivan peleando.

Ronald es leal, confiable y sobre todo un perfecto amigo.

Ronald es el sexto de todos sus hermanos. Vive junto con sus padres (Arthur y Molly) y algunos de sus hermanos (menos Bill y Charlie) y su hermana en la madriguera. La madriguera es una vieja casa de muchos pisos y chimeneas ubicada justo a las afueras del pueblo de Ottery St Catchpole. Desde que es pequeño Ron ha sido el blanco perfecto para las peligrosas o divertidas bromas de sus hermanos Fred y George. Hasta el momento recuerda rencoroso cuando Fred le hizo comer una píldora ácida y ésta le abrió un agujero en la lengua. Pero debido a esto, el hecho de que transformaron su osito de peluche en una araña y demás siempre se caracterizó por ser el explosivo.

Al igual que toda su familia él tampoco pudo romper el legado y fue seleccionado a la casa de Gryffindor, la cual ha resguardado a cada Weasley desde hace mucho tiempo. Allí ha tenido que enfrentarse a muchos problemas debido que desde comienzo de curso se ganaron un enemigo, él y Harry, llamado Draco Malfoy. A diferencia de Hermione los estudios de Ron siempre fueron arrastrados por notas no lo suficientemente bajas pero nada excepcionales como las de ella. En su segundo curso en Hogwarts fue castigado muchas veces por su profesor Severus Snape a limpiar los orinales de los baños y una vez por el viejo y decrépito celador Filch a tener que lustrar trofeos.

Le encanta el Quidditch y es muy malo para la adivinación. Odia tener que hacer extensos trabajos y muchas veces recurre a la idea de pedirle a Hermione un poco de ayuda aunque ella suele negarse a ello insistiendo en que es bueno que estudie con esfuerzo.

Esa mañana Ron se había despertado un tanto malhumorado. La causa de este malhumor era la tardía planificación de todas sus tareas ya que ahora tenía que resolver un sinfín de trabajos para el día siguiente, a la mañana. Hermione le había insistido a lo largo de la tarde anterior que se apresurara con esos pergaminos en blanco pero para él no había sido fácil, ya que se las había ingeniado para perder el tiempo jugando ajedrez con un alumno de segundo.

-¡Cómo si pudiera afectarme!- había exclamado fingiendo despreocupación la noche anterior, una de las cuarenta y cinco veces que Hermione insistió con la tarea. Harry, por otro lado, parecía hacer la vista gorda ante tanto problema entre los dos ya que desde primer año solían existir esas disputas entre ambos –Hola Neville, ten cuidado- lo saludó en el momento en que bajaba por las escaleras del dormitorio de los chicos hasta la sala común. Sus brazos cargaban una pila inmensa de libros, desde Pociones hasta Ciudado de Criaturas mágicas para terminar su reporte sobre las Banshees. –No digas nada, tengo tiempo suficiente, Hermione- murmuró en voz baja, dejando los libros sobre una pequeña mesita que estaba junto a la chimenea. Harry, que se había al mismo tiempo que Ron, estaba bajando las escaleras y terminó por reunirse con ellos las tres horas restantes antes de la primera clase del día.